jueves, 26 de septiembre de 2013



No habrá más penas ni olvido (1983)


Género: Drama, Policial.
Director: Héctor Olivera.
Guion: Roberto Cossa y Héctor Olivera






Basada en la novela homónima de




El título proviene de un famoso tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera
 Mi Buenos Aires querido:

“Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más penas ni olvido".









La acción transcurre en los últimos años de Perón en Argentina que se iniciara el 23 de septiembre de 1973 y que no podría completar a causa de su fallecimiento el 1º de Julio de 1974. Iniciada su tercera presidencia, Perón iniciar una depuración de “elementos de izquierda”: representada por la organización Montoneros y la Juventud Peronista. El peronismo se divide y se desmorona debido a las extraordinariamente diversas facciones que lo componen y se enfrentan entre sí.
El escenario político social es un país donde por momentos pareciera que “todo es peronismo”; los “buenos” y los “malos” hacen fondo blanco con “la vida por Perón” y a partir de éste axioma justifican posiciones, interés y acciones hasta antagónicos entre sí.

En Colonia Vela, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, la extrema derecha  la representa el intendente Guglielmini y la  izquierda corporizada en la figura del delegado municipal Ignacio Fuentes víctima de una conspiración, acusado de ser comunistas en una época que esto podía llegar a ser mortal, planeaban sacarlo de su puesto. Ignacio se niega a irse tan fácil y decide dar resistencia.
 Aunque en el texto las referencias a las “Triple A” resulten elípticas, resulta claro que éstas son las tropas traídas de la ciudad por la conspiración fascista y que el delegado y sus aliados para el desafío armado que se les presenta, vendrían a ser lo que el mismo autor algunas vez refiriera como “los peronistas que sí lo eran…”.
Soriano observa y trata de entender de una manera tragi-cómica, lo que somos los argentinos y lo que es nuestra sociedad. Los personajes de Soriano son como nosotros. 


sábado, 31 de agosto de 2013

También teatro

Hombres de casaca negra
De Rubén Stella y Claudio Chávez
con DANIEL MIGLIORANZA - ALDO PASTUR -ANALÍA GARCÍA BARBARI
DIRECCIÓN GENERAL: RUBÉN STELLA
 La soledad, la traición, la culpa, fantasmas que acosan a nuestros personajes que 
intentan poner  us cuestiones al día. La Patria,  las consecuencias de sus actos, y 
los hombres de casaca negra “picoteándoles el cráneo”.

 Más allá de los nombres y el hecho histórico que los convoca, esta obra es el encuentro
apasionado y trágico de dos hombres que pudieron ser "El mismo sable y se convirtieron 
sin embargo en un tigre de dos cabezas, en una lanza de dos puntas”.
El hombre y sus fantasmas que al final de la vida se encuentran para intentar acercarse

 a la verdad.

En el enlace con  El Historiador podés leer sobre el enfrentamiento de Lavalle y Dorrego

martes, 13 de agosto de 2013

El amor y el espanto

De "Para las seis cuerdas"
Jorge Luis Borges

Y la ciudad ahora es como un plano
De mis humillaciones y fracasos;
Desde esta puerta he visto los ocasos
Y ante este mármol he aguardado en vano.
Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
Me han deparado los comunes casos
De toda suerte humana, aquí mis pasos
Urden su incalculable laberinto.
Aquí la tarde cenicienta espera
El fruto que le debe la mañana;
Aquí mi sombra en la no menos vana
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
Será por eso que la quiero tanto.

El guión  juega a enfrentar a Jorge Luis Borges con personajes y situaciones extraídos de sus cuentos y poemas. El resultado es un policial, que intenta retratar la mutua incomprensión que se prodigaron el célebre escritor y su patria.
Dirección: 
Juan Carlos Desanzo
Protagonista: Miguel Ángel Sola


Argentina, 1946. Perón acaba de ganar las elecciones sin fraude. Jorge Luis Borges, conocido opositor, está entre los enemigos, y por lo tanto debe transar o huir.
Tanto José Pablo Feinmann desde el guión como Juan Carlos Desanzo desde la dirección eligieron una trama de tipo policial para relatar esta historia, en la que se entrecruzan realidad y ficción. Lo que se irá descubriendo es a un Borges atrapado en una pesadilla que se construye dentro del universo y la lógica de su propia literatura.
Poco importa cuánto hay de paranoia en este personaje y cuánto de real. Lo interesante es ver de qué manera es narrado. Si bien en ningún momento se producen distorsiones en las imágenes, la estética de El amor y el espanto tiene algo de expresionista: las sombras, las tomas, las formas de actuación. Los espacios agobiantes, como escaleras, pasillos y bibliotecas, atravesados por la mirada de Borges: el encierro y la amenaza siempre al acecho.

Y esta amenaza es doble. Por un lado, del poder. El asesino es el Estado, dice el escritor en determinado momento. Pero por otro lado, amenaza de las clases pobres que este poder subleva. Un simbolismo recargado ronda estas ideas: perros feroces como metáfora del despotismo de Perón, riñas de gallos como metáfora de la barbarie...
Hay algo que mitiga tanto espanto, y es el amor que Borges siente por Beatriz Viterbo. Y justamente porque la quiere tanto, ella será la razón de todas sus acciones, la única motivación para enfrentar sus miedos y cobardías. No por casualidad las escenas en las que se la ve son luminosas, en contraste con el resto de las imágenes.
 Algunos  de sus cuentos fueron utilizados para esto: “La Espera”, "La muerte y la brújula", que mantiene ciertas ideas intactas en el film pero también funciona como disparador de ideas nuevas; y "El sur", del cual se extrae una escena y cierto ambiente opresivo.

Tres son los cuentos que claramente están incluidos en la película interactuando con el protagonista. Los podés leer haciendo click sobre cada título:
El personaje de Beatriz Viterbo es mencionado en El Aleph

Puede ver la entrevista "A fonfo" de Joaquín Soler Serrano a Jorge Luis Borges para TVE

viernes, 7 de junio de 2013

El beso de la mujer araña

El jueves 13 de junio vamos a ver la película “El beso de la mujer araña" de Héctor Babenco (1985), basada en la novela homónima de Manuel Puig, publicada en 1976.
El esquema de esta novela se configura como una sucesión de escenas dialogadas entre dos presos recluidos en una misma celda de una prisión bonaerense.
Así, Martín Molina, un homosexual de gran imaginación, irá relatando viejos melodramas cinematográficos a Valentín Arriegui, activista político e idealista, para aliviarle de los efectos de las sesiones de tortura a que lo somete la dictadura.
Pese a la cursilería e inverosimilitud de las cintas cuyo argumento narra el homosexual al preso político, la confrontación entre los dos hombres, el desvelamiento de regiones sexuales latentes de la personalidad de cada uno de ellos, se resolverá en una profunda transformación interior.

La novela de Manuel Puig está estructurada de forma dialógica, integrada por tres niveles:
Un nivel narrativo básico (diálogos entre los personajes y diálogo acotado entre el Director de la cárcel y Molina)
Uno intratextual (narración de películas de clase B)
Uno subtextual (notas al pie de página sobre la homosexualidad).
                                   Entre ellas se establece una retroalimentación dialéctica.
Puig pone en tensión la denominada “alta cultura” y la “cultura de masas”, juega con la estructura de la novela,  intercala fragmentos de diálogos entre los personajes con relatos de películas, boleros, declaraciones frente a las autoridades de la prisión, a lo que se le suman las notas con diferentes “estudios científicos” sobre el origen de la homosexualidad, todo esto otorga a esta novela una identidad auténticamente sincrética y original.